El hijo de un juez de Morón, y además empleado de un juzgado federal, fue asaltado por dos delincuentes cuando llegaba a su casa de Ituzaingó, aunque se resistió al robo, evitó que se llevaran su vehículo y avisó a la policía, que detuvo a uno de los presuntos ladrones y recuperó su teléfono celular gracias al GPS.
El hecho ocurrió el sábado por la noche, alrededor de las 20, cuando la víctima, identificada por fuentes policiales como Jerónimo Bonanno, de 27 años, llegaba a su domicilio ubicado en la calle Paysandú. Según los voceros, dos ladrones, uno de ellos armado, lo abordaron con fines de robo y le quitaron su teléfono celular, aunque el joven, luego se resistió al asalto y logró que los ladrones huyeran sin robarle el vehículo y sin que ingresaran a su propiedad, donde estaba su esposa.
Bonanno dio aviso de lo sucedido a la policía y brindó una descripción de los asaltantes, por lo que efectivos de la comisaría 2° de Villa Ariza realizaron un operativo cerrojo, lograron identificar y aprehender a un sospechoso a tres cuadras del lugar, en la intersección de las calles en Santa Rosa y Montes de Oca.
Además, gracias a una aplicación de geolocalización, Bonanno también logró recuperar su teléfono celular marca iPhone que, según los voceros, había sido descartado por el detenido unos metros antes del sitio donde fue apresado.
El joven es hijo del juez Diego Bonanno, uno de los miembros del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 del departamento judicial Morón, pero además trabaja como instructor judicial en el Juzgado Federal 3 de ese mismo distrito, a cargo del Néstor Pablo Barral.
Por otra parte, el imputado tiene 38 años y quedó detenido a disposición del fiscal Marcelo Tavolaro, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 descentralizada de Ituzaingó, en una causa caratulada como “robo agravado por el uso de arma de fuego”.
Tavolaro fue el primer fiscal del caso por el crimen de Candela Sol Rodríguez, la niña de 11 años secuestrada y asesinada en 2011 en el partido bonaerense de Hurlingham, y el juez Bonanno presidió en 2017 el juicio oral por ese hecho en el que tres personas terminaron condenadas.
En 2014, el juez Bonanno, un hijo suyo, que no se aclaró si es el mismo que el sábado fue asaltado, y un sobrino, fueron víctimas de un secuestro extorsivo en Castelar por una banda que los tuvo cautivos en una camioneta y los liberó tras cobrar un rescate de 2.000 pesos y 1.000 dólares.
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