El agua llega, en el mejor de los casos, hasta las rodillas en el partido de Moreno. Algunas calles de este partido del oeste del conurbano bonaerense se han convertido, una vez más, en un canal intransitable para las personas y los autos. Aunque ese no suele ser el mayor problema: lo que más preocupa a los vecinos es cómo el agua destruye los locales, las casas y algunos vehículos en las zonas más afectadas, en donde el agua pasó el metro de altura.
Aquí hay muchas calles cortadas y poco tránsito; es evidente que la mayoría de los conductores están evitando la zona. “Yo vivo acá hace 10 años y cuando llueve mucho se inunda, es una realidad del barrio. Por eso yo tengo mi propia manera de luchar contra el agua: engancho unos tablones en la puerta, pongo trapos, y así algo aguanta, pero hoy a la mañana igual entró bastante agua. Por suerte mi casa, como ves, tiene un pasillo largo hasta la sala, pero hay gente a la que se le arruina todo”, describe Robero, de 65 años, que está secando el ingreso de su casa con un trapo de piso.
A pocos metros de la estación de Moreno, el agua a la gente le llegaba, al menos, hasta la cintura. Los vecinos tenían que tomarse de las manos para poder cruzar de vereda. La escena era representaba un enorme peligro para ellos por los pozos que suele haber y por la posibilidad de que un cable entre en contacto con el agua. Mientras tanto, los autos prácticamente flotaban; el agua a algunos vehículos les tapaba la mitad del capot.
Los delincuentes estan atento a todo lo que pasa en el barrio, Andrea, de 47 años de edad, salio de su casa por las inundaciones y, al regresar, se encontro con su todas sus pertenencias tiradas en el suelo, algunas flotando por el agua y otras, que faltaban, robadas por los delincuentes.