La terminal fantasma de Lucas Ghi donde funcionará un nuevo Departamento de Licencias de Conducir

Avanzan obras en las instalacionesBreve historia de la estación de micros que el concejal sabbatellista, hoy de licencia, había inaugurado bajo el pretexto de ordenar el tránsito y mejorar el barrio. Curiosidades de un espacio que pasó a formar parte de la lista de obras mal planificadas que caracterizaron su gestión.

En 2014, comenzaba a operar la Terminal de Micros de Morón bajo las promesas de “ordenar el tránsito” y “generar un espacio moderno, seguro y acorde a la ciudad que queremos”, según declaraba ante los medios locales Lucas Ghi, que en ese momento era Intendente del distrito. Desde el arranque, la estación no solo se mantuvo alejada de concretar esos ideales, sino que, rápidamente, pasó a convertirse en un símbolo de aquella gestión: obsoleta, insegura y mal ejecutada. ¿Así era la ciudad que quería edificar el sabbatellismo?

A los usuarios jamás les gustó. Su ubicación, para muchos, era sinónimo de demoras porque los ómnibus tardaban casi una hora en reincorporarse a la Autopista Acceso Oeste, detalle al parecer ignorado al planificar su emplazamiento. Por ello, los choferes intentaban evitarla e incluso habían incorporado el hábito de hacer descender a los pasajeros sobre Avenida Rivadavia, llamativa práctica que se mantuvo a lo largo de toda su existencia, como cuentan en el barrio.

Es comprensible ya que, entre otras irregularidades, la terminal inaugurada por el acérrimo seguidor de Martín Sabbatella no les daba espacio para realizar las maniobras más simples, como estacionar y girar al momento de retomar viaje. El mismo problema tenía en los alrededores, cuando los micros intentaban doblar en Saavedra o Pueyrredón, las calles lindantes.

A su vez, a los vecinos, nadie les consultó: tampoco estaban de acuerdo con la imposición de una playa de ómnibus que, lejos de “jerarquizar el barrio”, como aseguraba Ghi, multiplicaba el caos vehicular. Las demás promesas, como las del “impacto positivo en la actividad comercial” y una mayor seguridad, quedaron truncas, al igual que los bonitos negocios de microemprendedores retratados durante la inauguración.

La actual gestión de Ramiro Tagliaferro terminó de marcar el contraste. Sobre Rivadavia y Saavedra impulsó la puesta en marcha de un nuevo Departamento de Licencias de Conducir y Educación Vial. Se trata de una sede con pista de manejo, oficinas, consultorios médicos, cajas, un área administrativa, un aula de educación vial y un sector de archivo, entre otras obras que ya están avanzando.

La zona representa otras de las contradicciones que Nuevo Encuentro pretende desestimar de cara a las elecciones. Pero los vecinos y los pasajeros no se olvidan de que la fallida terminal se había convertido en un no lugar; una verdadera estación fantasma.

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