La irracionalidad no tiene fin. Y con hechos como el que sucedió el domingo 5/11/2017 en Hurlingham, el regreso de ambas hinchadas a los estadios del fútbol argentino está claramente cada vez más lejos.
Vándalos disfrazados de simpatizantes de River destrozaron el ingreso a la filial de Boca ubicada en la Avenida Roca, a una cuadra y media de la estación Ejército de Los Andes. Además de las roturas en autos y vidrios de la galería del ingreso al lugar en donde funciona la dependencia del club Xeneize, también agredieron al titular de la filiar, Gabriel Salinas, quien resultó herido y debió ser cosido en la cara, en la zona del pómulo izquierdo, producto de la golpiza que recibió.
“Eran micros de Hurlingham, con hinchas que viajaban al estadio Monumental a presenciar el partido”, confirmó una fuente policial a éste medio. Cerca de las 15.30, los vehículos pasaron por ese lugar e intercambiaron gritos y algunos insultos con los hinchas de Boca que estaban allí esperando para ingresar. Sin embargo, en ese instante el transporte siguió de largo hasta detenerse a unas pocas cuadras, en una conocida estación de servicio. Allí descendieron varios enardecidos vestidos con camisetas riverplatenses, que corrieron hasta la filial boquense y provocaron las agresiones y los destrozos.
Lo más llamativo es que en las imágenes se ve que hay al menos un patrullero transitando por la calle, que no interviene ante tamaño ataque. Adentro de la filial había cerca de 100 personas, la mayoría mujeres y niños, que resultaron ilesos porque los violentos no lograron ingresar. De todos modos, vieron la agresión desde el primer piso y algunos chicos fueron escondidos en los baños por sus padres.
Fuente: Primer Plano On Line